
La danza siempre ha sido un arte en el que, a través del movimiento del cuerpo, pretende conseguirse una expresión personal y una interacción social.
Esta historia, la de Daniela Jamila y su escuela Contratiempo Camei, comienza con una niña inquieta a la que sus padres decidieron apuntar a una actividad extraescolar en la que tuviese que realizar una actividad física para que quemase algo de energía. Comenzó en gimnasia deportiva, de ahí pasó a la rítmica y finalmente a la danza, donde encontró su manera de relacionarse con el mundo. » La danza siempre formó parte de mi, de cómo entendía el mundo, a mi misma, al cuerpo, a otras personas…», afirma Daniela.
La danza más allá de ser bailarina
Cuando alguien nos dice que quiere dedicarse al mundo de la danza nuestra mente tiende a imaginarle interpretando una ballet encima de un escenario, pero ésta nunca fue la visión que Daniela tuvo de sí misma. «Nunca me imaginé siendo una bailarina de ballet clásico», pero lo que sí proyectaba en su mente era bailar en un escenario. Daniela cree que esto era así debido a la falta de otros modelos innovadores en el mundo de la danza.
Durante su vida, Daniela ha vivido en países como Argentina, Marruecos,Eestados Unidos y España. Un recorrido que le ha hecho entender que la danza tiene muchísimo más que ofrecer que ser un simple entretenimiento para un público. «La danza es una herramienta súper potente para crear diálogos a nivel social, político, educacional, para construir comunidad…», afirma Daniela. Y en este sentido, se dio cuenta de que tenía muchas ideas en las que quería trabajar y para ello era fundamental crear su propio proyecto.
«Toda idea creativa que se me pase por la cabeza, tengo un espacio donde hacerla realidad»
Daniela Jamila

Una escuela de danza diferente
Lo que Daniela tuvo claro desde el primer momento fue que sus escuela no sería como las demás, que en ella se trabajaría la danza de manera holística. En ella la formación implica tanto el desarrollo mental, como el desarrollo emocional y el desarrollo físico. Daniela cree que muchas veces, en formaciones de danza, hay una obsesión con la técnica. Ella no niega su importancia porque la técnica es básica para bailar, pero apuesta «por que la inteligencia emocional sea parte de cómo nos formamos como bailarinas».
Además, quiere que Contratiempo Camei sea «un espacio localmente relevante». Para ello no solo hace formaciones pre-profesionales y mentorías; también dedica ciertos días de la semana «a clases más generales, más familiares, para todos los niveles… Clases donde la gente simplemente pueda venir, bailar , ser parte de una comunidad artística y vivir cosas diferentes y sentirse en un espacio en el que no hay juicio, que hay disfrute y sinceridad»

Consejos para atraer clientes
Iniciar un negocio en pleno confinamiento es complicado pero Daniela asegura que le ha sido una oportunidad de explorar cosas que, de otra manera, no hubiese explorado tan temprano. Estos son algunos de los tips que mejor le han funcionado a la hora de generar más clientes:
- Conocer tu lugar, tu espacio, tu entorno. «Hay barrios que son menos de coger un código QR con el móvil y más de coger un papel con un teléfono».
- Google. Posicionamiento SEO y Google Ads. Invertir dinero y tiempo en estar bien posicionado respecto a otras empresas de tu misma disciplina.
- Clase de prueba. Es importante dejar que la gente pruebe lo que ofreces antes de «atarse» a una actividad. Deben sentir que son ellos los que libremente deciden que quieren acudir porque les gusta lo que han vivido contigo.
- La comunicación de los valores de tu marca a través de las redes sociales. Lo que mejor funciona es mostrar al público no solo aquello que haces y ofreces, sino en qué creemos, en qué confiamos, por qué hacemos lo que hacemos y de qué manera.
- Promover eventos de los fines de semana para generar sinergias con otras personas con propuestas interesantes y que comparten tu visión del mundo.
El fin de Daniela es pasar de la visión simplista de “te formas, audicionas y esperas a entrar en alguna compañía” a inventar nuevas formas de usar nuestro arte. Si, por ejemplo, te gustan la danza y la psicología y no te ves viviendo sin ninguna de ellas, ¿cómo las puedas combinar?. Ella lo tiene claro, “aplicando este concepto, me parece que vivimos en un mundo donde las posibilidades son infinitas. Realmente el límite es tu creatividad y tu compromiso con hacerlo realidad».